Curso escritura

Faltas ortotipográficas

Buenos días Personas, hoy os traigo las faltas ortotipográficas, qué son y cómo evitarlas.

Faltas

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Habitualmente trato de ir intercalando entradas sobre buenas prácticas de escritura y hábitos a evitar. Hoy vengo a hablaros sobre algo nefasto para el escritor: las faltas de ortografía.

Hoy en día, con herramientas como los procesadores de texto, es difícil encontrar un texto con demasiadas faltas de ortografía, esto hace más grave el hecho de encontrarlas, puesto que hay palabras que se escriben de diferente manera y su significado cambia completamente.

Dicho sea de paso no ayuda nada que el teclado qwerty tenga la be y la uve juntas, pero si se escribe, con intención de publicarlo, desde un ordenador o en un dispositivo móvil, es muy probable que se cuente con una conexión a internet, la cual no solo sirve para ver gatitos, sino que cuenta con una amplia gama de diccionarios en linea, entre los cuales está el de la RAE, así que no debería haber excusa para no consultar una palabra si se tienen dudas sobre la misma.

Cuando veo faltas de ortografía en algún texto publicado me viene a la mente una pregunta, ¿Cómo pretende alguien escribir en un idioma que apenas conoce? Es como si alguien pretendiese ser compositor sin tener ni idea de música, porque de la misma manera que cinco palabras aleatorias no hacen una frase, cinco notas al azar no hacen una obertura. De la misma manera cuando veo faltas se me hace imposible creer que una persona tenga conocimientos si quiera de todos los recursos literarios que existen y cómo aplicarlos.

Sí, de acuerdo, hay gente con mucho talento e imaginación que no te sabe decir qué es un hipérbaton ni los cuatro tipos diferentes que hay: tesis, paréntesis, anástrofe e histerología. Sin embargo es capaz de jugar con el lenguaje y alterar el orden de las palabras con tal maestría que se merece una fuerte ovación y un sonoro aplauso. Pero ese tipo de personas, a fuerza de escribir, aprenderán a usar bien el idioma, se interesarán por él y querrán conocer todos sus entresijos, y es que, como bien dice una buena amiga mía, no hay nada como saber lo que se está haciendo.

Otro tipo de errores propios de escribir son los tipográficos, el hecho de escribir una letra cuando se quería poner otra. Este tipo de errores suelen darse en la fase creativa, en la que se escriben de manera fluida todas las ideas que se tienen en mente y es mejor no pararse a corregir cada falta cometida, pues la inspiración se puede marchar si se corta. Estos errores duelen menos a la vista, siempre que no se trate de un error de be o uve, en cuyo caso es imposible saber si ha sido accidente o ignorancia.

Finalmente, hay un tipo de error que solo puede darse si se escribe en un ordenador o un teléfono móvil inteligente: los errores de autocorrección. Estos errores se basan en la «intuición» que tienen los procesadores de texto sobre el mismo. A menudo tendemos a pensar que sí escribimos una palabra de una determinada manera nuestra herramienta de trabajo no se creerá más audaz que nosotros y nos la dejará tal y como la hemos escrito, ilusos de nosotros.

Las máquinas a menudo se comportan de una manera más  complicada que como nos gustaría que lo hicieran, a veces incluso parecen ofuscadas en decirnos que son ellas las que llevan la razón, con una sugerente línea azul bajo una determinada palabra, como si nos pretendiera decir: «¿Está usted seguro que ha utilizado bien esa palabra?». Y es entonces cuando revisas tres veces la frase, no se diese el caso que en el rato en que hemos tardado en escribir el texto la RAE hubiera aprobado nuevas normas ortográficas y el ordenador lo supiese ya, claro, al estar conectado a internet puede saber todo lo que pasa en el mundo mucho antes que nosotros.

Pero, ¿Por qué es tan importante escribir correctamente? Pues porque nada estropea más la atmósfera y la experiencia de lectura que una falta ortográfica. Ya se puede estar leyendo la escena mas emotiva y preciosa del universo, si se ve una falta, el corte de rollo es tan inmenso que ya pueden morir Romeo y Julieta, nos va a dar igual, si describen su amor con hache (perdón por el derrape mental que os he podido provocar), se pueden ir al cuerno. Afortunadamente Shakespeare sabía escribir bien en todos los sentidos.

Resumiendo, no está de más revisar un texto todas las veces que sean necesarias, para evitar que nuestro mensaje quede enturbiado y ensombrecido por nuestra forma de mostrarlo.

Eso es todo de momento. Sed buenos y disfrutad del sol ahora que parece que durará poco.

Un saludo.

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