Sagre, capítulo 6

Sagre, capítulo 6.

Sagre

Sagre

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Con todo lo que les quedaba por delante decidieron que el humano y el yrteda debían de empezar su entrenamiento cuanto antes: Jigsx debía mejorar sus aptitudes mágicas y Zhalón debía aprender de los gekjo el combate cuerpo a cuerpo. Sagre tenía de decirle a la gente que ellos no eran los únicos que podían congraciarse con los Dioses, pero para demostrarlo deberían de hacerlo ellos primero porque por mucho que le dijera a la gente, les sería más fácil creer en algo que pudieran ver con sus propios ojos.

 

Sagre volvió a Irdresma, a casa de sus padres, les explicó a sus padres todo lo que había descubierto de su misión, les habló de los sueños que habían tenido los tres, y les contó las intenciones que tenía de aprender el arte del combate cuerpo a cuerpo que habían inventado y perfeccionado los gekjo.

 

Si pretendes que te enseñen vas a tener que ofrecerle algo que quieran – Dijo Díadra,

 

El dinero mueve montañas – Contestó Phenatos.

 

Sí, de dinero Contestó DíadraNo todo el mundo se compra fácilmente, hay otros valores en la vida…

 

Esa gente ha empezado a utilizar monedas de hierro y estaño debido a la gran crisis que tienen. Si les das plata, oro y platino te venderán hasta sus hijos, están bastante desesperados. – Contestó Phenatos.

 

¿Qué es el dinero? ¿Y que es una crisis? – Preguntó Sagre.

 

El dinero es un medio de intercambio común, aceptado por la sociedad. – Contestó Phenatos Siempre es algo tangible, antiguamente se utilizaba metales preciosos a peso, como el oro y la plata; hoy en día se usan esos mismos materiales en forma de moneda, pero cada moneda tiene un valor establecido, de esta manera el comercio es más fácil entre vendedores y compradores…

 

 Bueno, basta de hablar de dinero – Dijo Díadra interrumpiendo a su marido – El dinero sirve para devaluar el valor de las cosas, aumentando su precio, con el sistema monetario actual nada vale lo que cuesta, es absurdo pagar dos kilos de oro en monedas por una joya que no supera los trescientos gramos en oro.

 

Pero te olvidas de todo el trabajo que tiene hacer la joya – Contestó Phenatos Por no hablar de la labor de extraer el oro de las minas, de transportarlo hasta el taller, de fundirlo y depurarlo. Todas esas personas han trabajado en la joya, se merecen ganar algo por su trabajo.

 

Sueldos innecesarios para gente innecesaria. Cuando yo quiero hacer una espada voy a la mina, extraigo yo misma el hierro y otros metales, lo llevo hasta nuestra forja, lo depuro, los mezclo con carbón, níquel y materia orgánica y algún metal más, lo fundo todo, lo meto en el molde, lo templo varias veces, lo caliento una vez más hasta que el acero está al rojo vivo, sumerjo toda la hoja en barro y dejo que se enfríe poco a poco, y finalmente afilo la espada. Por todo ese trabajo sólo pediría el valor de la espada, si es que quisiera venderla. Me parecería absurdo cobrar de más, además de un abuso – Contestó Díadra.

 

Sí, eso es cierto, pero de esa manera tardas mucho en hacer una espada – Contestó PhenatosCuando se divide el trabajo entre personas y cada persona se especializa en un trabajo concreto, se hacen las cosas muchísimo más rápido y mejor. Si una sola persona lo hace todo no sabrá hacerlo tan bien como otra que sólo hace una, la especialización es vital para conseguir cosas de calidad…

 

Sigo aquí… – Contestó Sagre al ver que sus padres habían empezado a discutir sin tener en cuenta a qué venía esa discusión.

 

Oh perdona Sagre, lo sentimos  -Contestó Phenatos La cuestión es que vas a necesitar ofrecerles algo a los gekjo si quieres que te enseñen de buen grado. Puedo fabricarte una arqueta de madera en la que llevarás lingotes de oro y plata, además de algunas joyas preciosas talladas; eso debería bastar para contentarlos.

 

Eso, tú alimenta un sistema injusto que se basa en oprimir a las clases trabajadoras para que los nobles puedan hinchar sus ya abultadas barrigas y rellenar sus ya repletas cámaras del tesoro… – Contestó Díadra.

 

Para ser una asesina sin escrúpulos tienes mucha conciencia sobre las clases trabajadoras – Le espetó Phenatos a Díadra.

 

¡Pero cómo te atreves! – Gríto Díadra al mismo tiempo que le propinaba un guantazo a Phenatos, después del golpe Díadra  desapareció parpadeándose.

 

¿Está bien mamá? – Preguntó Sagre.

 

Tu madre está sometida a mucha presión últimamente. Hay problemas en Irdresma de nuevo, no       queremos que vuelva a estallar una guerra civil de nuevo: de hecho todos estamos un poco tensos últimamente, no se la puede culpar de estar muy susceptible, todos lo estamos… – Contestó   Phenatos.

 

¿Guerra civil? – Preguntó Sagre.

 

Ahora no tengo tiempo para explicártelo – Contestó Phenatos En nuestro habitación hay una arqueta  de madera de cerezo: llénala con lingotes de oro y plata; pon también rubíes, zafiros y esmeraldas. Todo eso está en el taller, coge lo que necesites, hay de sobra. Ahora me tengo que ir a buscar a tu madre, espero que no esté muy dolida…

 

Y diciendo eso Phenatos se parpadeó también. Sagre siguió las instrucciones de su padre y fue a su dormitorio, allí encontró la arqueta mencionada: estaba labrada con motivos de plumas en los costados; la tapa era en forma de medio círculo, en cuyo centro había un custodio con las alas extendidas; toda la caja presentaba tonos de azul. Se notaba que en ella se había puesto mucho esfuerzo y trabajo. Sagre cogió la arqueta y fue de un parpadeo hasta el taller. Allí vio no sólo lo que su padre le había dicho, sino un sinfín de materiales, entre los cuales había maderas, metales, bloques de varias piedras distintas, joyas preciosas, cristal y un largo etcétera.

Pese a la gran variedad de cosas con las que Sagre podía llenar la arqueta, hizo caso a su padre y sólo metió oro, plata, esmeraldas, zafiros y rubíes; entre lingotes y gemas Sagre debía de llevar cinco kilos, lo que cupo en la arqueta sin sobresalir demasiado. La cerró y se parpadeo de vuelta a Fhis.

 

Allí volvió a encontrarse con  Jigsx y Zhalón, les enseño la arqueta y les explicó qué pretendía hacer con ella.

 

 Si pretendes que los gekjo os enseñen el combate cuerpo a cuerpo debes ir a hablar con los mejores en eso – Dijo el yrteda – y no los hay mejores que los de la casa Garraespina. Podemos encontrarlos en Darlasari, está al sureste de aquí, a varios días de camino.

 

Creo que con Edón el viaje va a durar bastante menos. – Contestó Zhalón

 

 ¿Cómo sabes que los Garraespina son los mejores en el combate cuerpo a cuerpo, Jigsx? – Preguntó Sagre.

 

Lo he leído en un libro sobre la historia de las casas nobles – Contestó JigsxEn el ponía que todos los gekjos son buenos en ese tipo de combate, pero que los Garraespina tenían su propia especialidad, es algo que pasa de padres a hijos generación tras generación. Tal vez no se conformen con una simple aunque hermosa arqueta azul de madera….

 

Confío en que la arqueta sea suficiente – Dijo SagreAhora vayamos hacia Darlasari. Espero poder parpadearme cerca de allí sin alejarme demasiado, nunca he estado en ese lugar y es posible que acabemos un poco alejados.

 

¿Qué es parpadearse? – Preguntó el humano.

 

Es moverse a otro sitio de manera inmediata, desapareces de donde estás y apareces en otro sitio. Se tarda un poco al principio, pero con un poco de práctica puedes aparecer y desaparecer inmediatamente en cualquier sitio. – Contestó Sagre.

 

Me pregunto si Jigsx podría hacerlo como si fuera un hechizo, tal y como hizo con las curaciones. -Dijo Zhalón.

 

Podría hacerlo, es un conjuro llamado Translación, aunque aún no lo conozco. – Dijo el yrteda – Por ahora todo lo que sé hacer es el hechizo Titileo con el que puedo desplazarme hacia un lugar que tenga a la vista, o incluso ir en una dirección concreta atravesando barreras naturales una cierta distancia.

 

 Más o menos así funciona el parpadeo, sólo que la distancia que podemos recorrer es mucho mayor – Dijo Sagre Creo que es buen momento para partir, cuando estéis listos nos marchamos.

 

 Yo estoy listo – Dijo Jigsx.

 

Y yo, pero, ¿No necesitamos cogernos a ti para ir contigo? – Preguntó Zhalón.

 

No, no es necesario – Contestó Sagre Vámonos entonces.

 

Y Sagre se parpadeo cerca de Darlasari, y caminaron un poco hasta llegar a la población. Cuando estuvieron por las calles de la ciudad Sagre notó la presencia de su hermano y de Heasse; también notó que se habían hecho invisibles, de modo que decidió no molestarles.

 

¿Sabes dónde podemos encontrar la casa de los Garraespina? – Le preguntó Sagre a Jigsx.

 

No hay una sola casa Garraespina: ellos al igual que todos los nobles viven en varias casas, son varias familias. Creo recordar que rondaban la treintena de casas, y que en Darlasari habitan más de veinte familias Garraespina, pero debemos ir su salón de reuniones: es donde tratan asuntos internos de la casa y donde puedes ir a hablar con ellos. – Contestó el yrteda.

 

¿Y dónde está ese salón de reuniones que dices? – Preguntó el humano.

 

No lo sé, pero podemos preguntarlo a cualquier guardia de la ciudad, ellos deben de saberlo. – Contestó Jigsx.

 

¿Y no nos dirán nada por ir a su salón sin permiso? ¿No deberíamos pedirlo antes? – Preguntó Sagre.

 

No es necesario pedir cita previa – Contestó Jigsx Cualquier persona es bien recibida en el salón de reuniones: la gente suele ir a tratar asuntos de negocios, a pedir un mecenazgo para ir a la universidad para estudiar medicina o a la Real Academia de Magia Silvarina, e incluso para pedir simplemente un préstamo de dinero.

 

¿Qué es la Real Academia de Magia Silvarina? -Preguntó Zhalón.

 

 Sí, eso, ¿Qué es? – Preguntó también Sagre.

 

Es una escuela para magos que se creó en el 2229 Antes de la Construcción de la Tumba de los Reyes, hace tres mil doscientos cincuenta  y tres años. Al principio era sólo para nobles, pero desde el 2200 ACTR se deja asistir a los plebeyos, siempre que puedan pagarlo. A veces algunos nobles pagan el dinero necesario para que la gente con talento mágico pueda asistir. – Contestó Jigsx.

 

Y los nobles luego piden que se les devuelva el dinero, ¿Verdad? – Preguntó Sagre.

 

No, no en esos casos -Contestó el yrteda – Es un acto que a veces hacen los nobles.

 

 ¿Y que sacan con ello? – Preguntó Sagre Sólo perder su dinero….

 

 Te equivocas. – Dijo Jigsx Cuando un noble hace de mecenas de un mago o un médico, y esa persona hace algún descubrimiento importante para la comunidad por el que le acabe recordando, también se recordará al noble que invirtió dinero en su educación, y que sin el cual esa persona probablemente jamás podría haber hecho ese descubrimiento. En cierta manera es una inversión social, todos salen ganando.

 

 Ya veo, es una forma que los nobles tienen para ganar popularidad entre el populacho sin hacer realmente nada. – Dijo Zhalón El verdadero trabajo lo hace ese médico o mago, él merecería todo el mérito, no debería de darle nada al noble que le hace el mecenazgo.

 

Yo más bien lo veo como una manera que tienen de poder ser altruistas y dar una oportunidad a alguien que se la merece de poder demostrar que su sitio estaba allí, aunque no pudiera pagárselo. – Contestó Sagre.

 

Lo que tú digas, yo sigo pensando que normalmente nadie hace nada por nadie si no saca algo, la gente normal no suele tener tan buen corazón; no se les puede culpar, son tiempos difíciles… – Dijo Zhalón.

 

¿Y qué sabes tú de pasar tiempos difíciles? – Dijo JigsxSólo tienes trece años, ¿Tal mal lo has pasado en la vida?  Además, puedes ver el mecenazgo de la forma que quieras, pero lo que sí es cierto es que hay gente que sin eso no tendría ninguna oportunidad. Lo hagan por el motivo que lo hagan los nobles hacen algún bien, aunque ellos también ganen algo.

 

Es cierto, pero no deja de parecerme algo egoísta. – Contestó el humano.

 

Mientras Jigsx y Zhalón discutían Sagre vio acercarse a un par de guardias que estaban haciendo patrulla. Les preguntó muy amablemente dónde podrían encontrar el salón de reuniones de los Garraespina: uno de los guardias, muy amable también, le indicó al Iridiano la dirección con mucha claridad. Entonces Sagre dio las gracias al guardia, tras lo cual los tres se dirigieron hacia el lugar indicado. No tardaron mucho en llegar. Una vez allí vieron a dos panthera enfundados en pesadas armaduras, portando grandes alabardas que custodiaban la puerta.

 

Alto, ¿Quiénes sois? – Dijo uno de los panthera.

 

Somos unas personas que han venido a hablar con los Garraespina, queremos ofrecerles un trato.                                                        – Contestó Sagre.

 

Déjales pasar – Dijo el otro panthera – Deben de querer estudiar en la escuela de magia y han venido para ver si alguno de los nobles les hace de mecenas. No son más que unos críos y no llevan ningún tipo de arma, seguro que no dan problemas.

 

Está bien, podéis pasar – Dijo el phantera que habló primero – Pero no se os ocurra hacer nada raro, tengo muy buen oído y ojos en la espalda, si me entero de que hacéis algo me encargaré de daros personalmente una lección.

 

Sagre, Jigsx y Zhalón entraron en el edificio. El iridiano pudo oír cómo los phantera discutían entre ellos.

 

No creo que hiciera falta que fueras tan violento con ellos, sólo eran unos críos. ¿Que daño iban a hacer? – Dijo uno de ellos.

 

Lo siento, pero nunca se sabe, así seguro que se comportan como es debido. – Contestó el otro.

 

 Bah, eres incorregible – Dijo el primero.

 

Por eso me quieres tanto – Sentenció el segundo.

 

Tras avanzar un rato por dentro del edificio se dieron cuenta de que aquel salón no era sólo de los Garraespina, también había otras casas nobles gejko en él. Dentro del salón había despachos en los que poder tratar con mayor intimidad los asuntos: la mayoría eran de los Colacorta, aunque los Garraspina no se quedaban cortos. Sagre vio uno de los de Garraespina y decidió asomarse a mirar: dentro de él había un gekjo mirando por un gran ventanal que había en la sala; en ella también se encontraba una mesa de madera, una alfombra redonda debajo de ella, una estantería con libros y pergaminos, varios trofeos de caza, una chimenea que ahora estaba apagada, un estante con copas de vidrio talladas y otro con botellas oscuras, parecían de vino.

 

Veo que tengo visita – Dijo el gekjo – Pasad y sentaos, ¿En qué puedo ayudaros, jóvenes caballeros?

 

 Mi nombre es Edón, estos son mis amigos Zhalón y Jigsx, hemos venido para ver si sería posible que nos enseñes el combate cuerpo a cuerpo, tengo entendido que los Garraespina sois especialistas. – Dijo Sagre.

 

Te han informado bien joven Dijo el gekjo – Mi nombre es Rásoc, es un placer conocer gente interesada en nuestras técnicas de combate.

 

¿Entonces nos las enseñareis? – Preguntó Zhalón Solo sería a Edón y a mí.

 

Me temo que no podemos regalaros un arte milenario que hemos estado guardado durante siglos. – Dijo Rásoc. Entonces Sagre puso la arqueta encima de la mesa y la abrió – Pero por supuesto será un placer vendéroslo.

 

Rásoc se quedó bastante sorprendido con la arqueta, ella sola debía valer veinte mil Lalilas; el contenido de dentro debía de superar el millón y medio. No podía negarse a la petición de los jóvenes, sabía que debía esperar la aprobación de la casa Garraespina, pero no tenía ninguna duda de que la respuesta sería afirmativa. Al fin y al cabo era muchísimo dinero, además de que él era el jefe de la casa y su voto valía más que el del resto.

 

Os diré lo que haremos. – Dijo Rásoc – No podemos enseñarle a los plebeyos, no obstante esta cantidad de dinero que nos dais es suficiente como para que os aceptemos como nobles de nuestra casa a los tres: así pues mandaré a por vuestros papeles que os acreditan como nobles. De ahora en adelante tendréis un apellido: podéis estar orgullosos de formar parte de una de las casas nobles más antiguas, ricas e influyentes, sólo los reyes tienen más poder y riqueza que nosotros.

 

Cuando acabó de hablar hizo sonar una campanita, no tardó en llegar un gekjo. Rásoc le ordenó que fuese a buscar los certificados de nobleza para los chicos, y que preparase una reunión con los cabezas de familia Garraespina y los consejeros para informarles de las tres nuevas adquisiciones.

 

Tardaréis un poco en ser oficialmente nobles, estos papeles también ha de firmarlos el rey Colacorta, pero para nosotros lo sois con todo derecho. Cierto es que tenemos que discutir el tema de vuestro entrenamiento, pero no creo que haya problemas, mientras esperamos dejadme que os ponga al día sobre vuestros nuevos derechos y responsabilidades como nobles. – Dijo Rásoc.

Todo aquello hubiera resultado bastante extraño, que unos niños se presenten cargando una arqueta que contiene algo más del patrimonio total de la casa Garraespina, aquello hubiera dado lugar a muchas preguntas, de no ser porque Sagre sin saberlo tenía activado un alón, el cual hacía que las buenas intenciones fuesen concebidas como normales, a fin de cuentas, todos salían ganando, no era necesario indagar aquel asunto, cualquier persona a la que le dijesen el suceso también lo tomaría como normal. Y aquello no era más que una ínfima parte de las capacidades que tiene ese alón.

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