Curso escritura

El escritor: ¿Nace o se hace?

Buenos días Personas, hoy trataré el tema de si el escritor nace con el deseo de serlo o es algo que aparece con los años.

El escritor

El escritor

Parece que las lluvias han traído algo de frescor a este día de junio. Algo, pero no demasiado, ya vuelvo a estar como si no me hubiera duchado.

Esta semana he decidido ser neutral y hablar de temas que no son ni buenos ni malos, sencillamente son. Hoy toca los escritores: ¿Qué necesita alguien para serlo? ¿Publicar un libro? ¿Tener buena prosa? Bueno pues escritor, atentos a la perogrullada, es todo aquel que escribe para otro, ya sea de manera profesional, cuando percibe un dinero por ello, semi-profesional, cuando espera recibirlo y amateur, cuando aun esperando ser leído no se percibe un dinero por escribir, aunque sí se perciban por una actividad relacionada, como la publicidad de un blog o página web.

Ahora bien, ¿Cualquiera puede ser escritor? ¿Hace falta algo más que saber leer y escribir? Sí, esencialmente hacen falta dos cosas: talento y algo que contar.

El talento viene con la persona, se puede pulir y perfeccionar, a fuerza de leer y escribir mucho, pero si no se tiene poco se puede hacer. La buena noticia es que el talento se encuentra a patadas.

Lo más difícil es encontrar algo que contar, que sea interesante me refiero, lo bueno es que el qué importa poco y todo el peso reside en el cómo. Incluso la situación más banal e insustancial, pasada por el filtro de un escritor, puede convertirse en una importante historia cuyo mensaje nos llegue a lo más hondo del ser y nos cambie la manera de pensar.

La pregunta lógica a estas alturas sería: ¿Cómo sé si tengo talento? Bueno, no te preocupes, lo tienes, no conozco a nadie que carezca de talento, por supuesto que no todos tenemos el mismo talento ni al mismo nivel, pero si juzgamos a una guindilla por su dulzura todos estaremos de acuerdo en que carece por completo de ella.

A veces es difícil encontrar nuestro talento, pero siempre nos está llamando. La literatura también nos llama, todo aquel que tenga inquietud para escribir y esté siempre buscando maneras de contar historias es porque tiene un talento dentro de si mismo pugnando fuertemente por salir. Y debemos sacarlo, aunque sólo sea para nosotros, aunque personalmente considero muy egoísta tener un don y guardártelo para ti mismo, el mundo necesita gente extraordinaria, capaz de inspirar al resto a seguir adelante y cumplir con sus aspiraciones, sean las que sean.

¿Hace falta algo más que talento y algo que contar? Bien, supongamos que has descubierto tu talento y que tienes algo que ofrecerle al mundo, pues eso es sólo la punta del iceberg, todo lo que tienes que hacer ahora es trabajar, mucho, muchísimo, hasta más allá del límite de la extenuación. No es fácil salir a relucir en un mundo tan competitivo como el nuestro, somos siete mil millones de personas, sin esfuerzo no se consigue nada, absolutamente nada, cuanto antes lo asimiléis antes podéis salir adelante, ¿Creéis que no podéis? ¿Que no merece la pena el esfuerzo?

Pues en ese caso ni amáis la literatura ni ella os ama a vosotros, porque os aseguro que no hay satisfacción más grande que la de sacar tiempo de dónde sea, aunque sea a costa de sacrificar horas de sueño, para conseguir tirar adelante los textos que quieres sacar y conseguirlo. Y ya os digo: muchas veces la recompensa es personal, porque, a menos que ya seas un autor reconocido, nadie viene a darte una palmadita en la espalda y te dice: «muy bien, se nota que te has esforzado, te mereces un premio». Como mucho consigues algunas muestras de aprecio anónimas y alguien te comparte, aunque la verdad, me llena de satisfacción ver eso.

Antes de finalizar la entrada, os contaré, a modo de curiosidad, qué me hizo meterme a escritor. Fue el cantautor Silvio Rodriguez y su canción «¿A dónde van?», escuchar atentamente la letra de la canción me hizo darme cuenta del poder de la palabra, la capacidad de decir una cosa cuando se esta escribiendo otra completamente distinta, todas esas metáforas me calaron tan hondo que quise ser yo el que las hiciera, de modo que empecé a escribir, desde muy pequeño y hasta hoy no he parado, ni tengo intención de hacerlo.

Pues eso ha sido todo por hoy. Esforzaos al máximo en todo lo que hagáis, por vosotros mismos, es la mejor medicina contra los remordimientos y los auto reproches.

Sed buenos. Un saludo.

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