Curso escritura

Arte desde dentro

 

Buenos días Personas,hoy vengo a hablaros del arte desde dentro.

Arte

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Ya falta menos para el ecuador de agosto, que para algunos puede suponer el inicio de vacaciones, para otros el final, y para mi: es un sábado que pinta muy bien.

Hablando de pintar, el lunes os dije que os hablaría de mi visión personal de lo que era el arte y voy a hacerlo desde dentro, es decir, de como alguien que crea contenidos artísticos vee el mundo del que forma parte.

No se puede hablar del arte sin hablar del artista, puesto que uno sin el otro no existe. Se tiende a pensar en los artistas como seres de vida disoluta, propensos al consumo de sustancias, legales e ilegales, con gran capacidad para acumular divorcios y propensos a vivir en un mundo a parte. Bien, pues según con que artista topéis todo esto encaja a la perfección, en mi caso: ni fumo, ni bebo, ni voy con mujeres, lo cuál no es en sí ni bueno ni malo, simplemente es lo que (no) hago.
En cuanto a lo de evadirse de la realidad: resulta del todo imposible crear absolutamente nada si un artista no hace volar su imaginación, se monta en ella, despega los pies del suelo y pierde de vista el mundo que le rodea.
Este proceso es complejo, y a menudo imposible, de entender para quién no esté familiarizado con él, puesto que es algo que no todo el mundo puede hacer y requiere de muchas dosis de paciencia y empatía.

¿Pero no se supone que un artista plasma el mundo, tal y cómo él lo ve, en sus obras?

Sí, de echo, ahí está la clave: en como ve un artista el mundo. Vereis, yo, por norma general, me levanto cada mañana, desayuno, me ducho y me voy a trabajar. Hasta ahí todo normal, mi artista surje cuando me doy un momento para salir de esa normalidad, por un tiempo determinado, para poder crear algo.

Eso no significa que olvide que existe un mundo real que reclama casi continuamente toda mi atención. De acuerdo, sí, a veces es lo que ocurre: me siento a escribir y de repente, me doy cuenta de que llevo todo el día sin comer, sin ir baño y sin levantarme de la silla para nada, aunque desde luego, si eso ha pasado, es porque he tenido tiempo para dejar que pase y no afecte en nada a mi vida personal y laboral, hay un momento para cada cosa, en cuanto llevo puesto mi uniforme de trabajo entro en modo trabajo, y aunque disfrute mucho ejerciendo mi oficio no se me ocurriria ponerme en modo creativo y escribir en las paredes ni explicarle a mis compañeros ni a mis superiores de que va mi último cuento, sencillamente: mientras llevo mi ropa de faena es lo que toca hacer.

Si bien es cierto que la inspiración puede llegar en cualquier momento y le da igual qué hora sea y dónde estés, si ocurre cuando estoy en mi puesto, guardo esa idea y no la vuelvo a mirar hasta que tengo tiempo.

Y aunque este sea mi caso concreto, estoy seguro de que vosotros convivis con un artista, que madruga tanto como vosotros, ficha a la misma hora que vosotros y trabaja igual de duro que vosotros, y no os habréis dado cuenta de que fuera del curro toca en un grupo, pinta, compone canciones, escribe poesía, elabora deliciosos platos, dibuja tiras cómicas, hace esculturas o forja joyas.

Cada artista tiene su medio de expresión y su forma de expresarse y para mí, todo aquello que provoca en nosotros una emocion, sea positiva o negativa, si esa emoción es fruto de un trabajo y una consciencia de artista, que ha lanzado una obra al mundo, siendo consciente de que lo ha hecho, eso es arte, y como tal puede gustar o no.

En muchas ocasiones se confunde el gusto con la calidad, y la gente cataloga de malo algo que no le gusta.
De acuerdo, hay artistas malos y artistas buenos, así como obras malas de buenos autores y autores malos de buenas obras, pero entender el arte conlleva tener una noción y sensibilidad del mismo.
Alguien que ve en blanco y negro no puede apreciar la belleza de un atardecer ni disfrutar de todos sus tonos de rojo, naranja y amarillo. Y de la misma manera alguien que no entiende de arte no puede valorar la complejidad de su creación.

Sin ánimo de ofender a nadie, considero que muchas veces la gente no disfruta del arte porque no se ha propuesto hacerlo, comprendo que, según la obra, sea un trabajo tedioso y un ejercicio de futilidad, pero la recompensa es grande para aquella persona que se atreva a dejarse llevar por sus sentidos al mundo creado por el artista. La sensación puede ser a veces desbordante, pero es altamente diafrutable si se sabe como hacerlo.

Y esa ha sido mi explicación del arte visto por un artista, el viernes volveré con algo nuevo.

Sed buenos, un saludo.