Buenos días Personas, hoy dos partes fundamentales de toda obra literaria: la inspiración y el tema.
El alguna ocasión, mas de una, os he hablado de la importancia que tiene el mensaje en un texto. Un texto sin mensaje es como un barco sin timón: no tiene esperanza de llegar a ninguna parte y si llega será mal y de cualquier manera.
La inspiración es esa herramienta que nos permite crear un tema, un mensaje y la forma en que hacemos que estos dos elementos se muestren.
No solo se trata de pensar en el mensaje y en el tema, sino de hacer que estos lleguen a través de una historia interesante y unos personajes coherentes y definidos.
Sobre los temas, decía Stephen King en su libro «Mientras escribo» que, y cito de memoria, los escritores hablan siempre de los mismos temas, que eso varía segun el escritor, pero que en sus escritos estaba muy presente la violencia.
Y es que es verdad: muchos escritores escribimos sobre unos temas mucho y sobre otros poco o nada. A veces incluso se puede escribir sobre un tema muy manido y dar un mensaje ya muy utilizado, por ejemplo el tema de la soledad y el mensaje de que la felicidad está en las cosas pequeñas, pero ese mensaje y ese tema están tan bien integrados dentro de la historia y esta historia es tan buena, que la disfrutamos tanto que nos llega muy bien el mensaje y captamos el tema a la perfección, sin darle mayor importancia al hecho de que sean unos tópicos muy usados.
Porque en literatura lo que importa no es el qué sino el como, pongamos como ejemplo un tiovivo: cuando alguien monta en esta atracción ya sabe que al final el viaje se acabará, pero también sabe que lo divertido está en cada una de las vueltas, de modo que escoge su caballo favorito y se sube a él, sin saber que cómo será el trayecto, pero con la ilusión de que lo disfrutará muchísimo. Llega un momento, en la cuarta vuelta en que su mirada se cruza con la de la chica más hermosa que ha visto jamás, para la séptima vuelta tiene intuición de que no quiere dejar de mirar jamás a esos ojos castaños, en la vigésima, justo en la última, ella y él salen del tiovivo de la mano, sintiendo que han encontrado algo que necesitaban y llevaban tiempo buscando.
Pues un libro es muy similar, en cada capítulo, o vuelta, nos va aportanto sentimientos, emociones, experiencias. Esto cala en nosotros y se forma una relación entre lo que leemos, empatizamos con los perosonajes y sus vivencias, cuando termina el libro nos llevamos todo eso con nosotros.
¿Quién no ha imitado un «Wingardium Leviosa»? ¿Querido matar al Bastardo Usurpador? ¿Acaso no habéis dicho nunca la famosa frase de «Hola. Me llamo Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.»?
Bien, pues ya sea con los libros de la saga de «Harry Potter», con los de «Canción de Hielo y Fuego» o con «La Princesa Prometida», por poner ejemplos de literatura fantástica, cuando alguien se lee una novela, un cuento o un microrrelato, sea del género que sea, se llevan algo consigo, tanto si es consciente de ello o no. De tal manera que muchas veces se introducen en conversaciones, se parafrasran o se hacen bromas que solo pueden entenderse si el interlocutor se ha leído el libro al que se está haciendo referencia.
Y es que leer cambia a las personas, no solo por los conocimientos adquiridos, el mensaje recibido o las vivencias adquiridad. Alguien que lee cambia su manera de ver el mundo, y a su vez, cambia la manera en que el mundo le ve a él, otorgándole cierta capacidad de defenderse ante determinadas situaciones de la vida, ya sea física, emociomal, social o psicológicamente.
¿Qué papel juegan en todo esto que acabo de contar la inspiración y el mensaje?
Pues todo, cuando hablaba de inspiración al principio no solo me refería a la que necesita el autor para escribir, sino a la que se le infunda al lector. Los escritores no escribimos para nosotros solamente, también lo hacemos pensando en todo lo que queremos transmitir a los lectores, que mensajes queremos daros y que ideas os podemos dar para que se os ilumine la bombilla y hagáis eso que necesitáis transmitir al mundo. Todo es una cadena, algo de esto menciono en mi publicación titulada: «La intertextualidad».
La conclusión a la que quería llegar es que entre lectores y escritores se forma un vínculo invisible pero perceptible de alguna manera. Un escritor escribe para sus lectores, sin saber quién son, pero inspirándose para ellos. Los lectores captan esto y se adueñan del mensaje y la inspiración que les manda el escritor y lo hacen parte de su ser. El mayor orgullo de un escritor es ver a sus lectores diciendo una frase, haciendo un gesto, o repitiendo una broma que ha salido de uno de sus textos, de verdad que no lo hay.
Bueno, eso es todo por ahora, el miércoles volveré con más, sed buenos.
Un saludo.