Curso escritura

Matrimonio y artistas

Buenos días Personas, hoy nos toca: el matrimonio y los artistas.

Artistas

Artistas

Bajarán las temperaturas, decían, lloverá el lunes, decían… Pues así estamos hoy, en el último día de agosto y con un sol de justicia y un calor sofocante.

Se suele dice que todo buen novelista tiene detrás una mujer desatendida, cosa que se puede extrapolar a cualquier artista y que toda persona que intente mantener una relación sentimental y afectiva con un artista, tarde o temprano pasará a un segundo plano, que la prioridad del artista es su obra y que nada puede cambiar eso.

Bien, reconozcámoslo: es fácil desatender a una persona, sea quien sea. Es muy sencillo centrarse en cualquier otra cosa antes que en una persona, fundamentalmente porque para ignorar a alguien no has de hacer absolutamente nada y ese abandono no es exclusivo de los artistas.

¿Cuántas personas han preferido ir con sus amigos antes que con sus parejas? ¿Cuántos estadios de futbol están llenos de maridos cuyas esposas esperan en casa a que regresen de su partido dominical? ¿Cuantos «te llamo luego» han elevado la dimension del «luego» a días, semanas o incluso años en algunos casos?

¿Y porque se dice de los artistas que son malos con sus compañeros y compañeras sentimentales? Por estigma.

Los artistas tienen un estigma asociado, del cuál ya he hablado anteriormente y que además es de sobras conocido: somos reser disolutos, de moral laxa y con tendencia a no hacer nada en la vida que sea realmente digno de admiración y le tenemos alergia al trabajo.

Pues lo cierto es que crear cualquier cosa necesita de un gran trabajo, y no digamos ya el echo de sacarla al mundo.

Volviendo al tema del abandono: todo el mundo necesita su momento personal, un espacio para hacer lo que necesite hacer, un momento de recogimiento aunque no necesariamente soledad. Cierto es también que las parejas necesitan su momento para estar juntas sin nadie más, pero ¿Qué necesita el artista? Pues un momento para dedicarle a su arte.

Repasemos,: toda persona necesita su espacio a solas y su espacio en compañía. Si además hablamos de un artista hay que añadirle el espacio para su arte. Además de eso hay cosas como el trabajo, la familia, la casa, la compra, y un largo etcétera, que hay que atender.

A eso hay que sumarle que a veces la inspiración viene acompañada de una compulsión por crear, y si estamos en un momento adecuado no hay problema, si estamos en una situación en que no es posible hacer nuestro arte nos jodemos y nos tragamos las ganas, ¿Pero qué ocurre cuando estamos con nuestro amado o amada y nos pica el gusano de la creación y tenemos esa idea que hemos estado esperando a que llegara? Pues pueden pasar dos cosas: que consideremos que no sea un buen momento o que creamos que nuestra pareja va a entender que necesitamos expresarnos y dar forma a nuestras ideas.

En la primera de las situaciones no hay mayor trascendencia: seguimos con nuestra pareja y listo. En el segundo de los casos, debemos dejar de lado a esa persona, esperando que entienda que necesitamos hacerlo.  Veréis, muchas veces sucede que durante el día hemos tenido a la musa detrás, soplandonos al oído sus inspiraciones y nosotros, amablemente, le hemos rogado que vuelva luego, y la musa lo hace: cada poco vuelve, pero sigue sin ser el momento, entonces le volvemos a pedir, por favor, que se marche. Luego , cuando tenemos el momento para nuestro arte la condenada no aparece y sin embargo, justo cuando ya no la esperábamos, aparece, con una sonrisa de oreja a oreja, con ideas nuevas y una frase en los labios: » O yo o esa persona».

Y sabes que elijas lo que elijas va a ser una decisión complicada y que seguramente tendrá repercusiones. Pero no se puede hacer mucho en el fondo, todos los aspectos de nuestra vida merecen atención, decidir que tiene prioridad no siempre es fácil y a menudo damos por sentado que si alguien está con nosotros es porque nos entiende y sabe perfectamente que le queremos, pese a que alguna vez pueda sentirse solo o sola.

Bien, pues eso es todo por hoy, el miércoles volveré con una nueva entrada. Disfrutad de este último día de agosto y sed buenos.

Un saludo.

Sufrimiento: ¿Necesario o un adorno narrativo?

Buenos días Personas, hoy vengo a hablaros del sufrimiento, tranquilos, me refiero al literario.

Sufrimiento

Sufrimiento

Parece que el calor se niega a marcharse, al menos donde yo vivo, por lo menos refresca por la noche, algo es algo.

¿Alguno de vosotros es padre o madre? Bien, pues si lo sois sabréis que muchas veces es mejor dejar que los niños y niñas aprendan solos, a base de recibir lecciones de la vida, ese tipo de lecciones que como madres y padres no se les pueden hacer entender, porque hasta que no las padecen nuestros hijos e hijas no comprenden del todo que significan, pero cuando las sufren, se llevan consigo, además de algún golpe, magulladura, quemadura o corte, una valiosa experiencia que les ayudará a madurar y a crecer, convirtiéndose en adultos hechos y derechos algún día.

Pues bien, con los personajes pasa lo mismo: deben sufrir para poder evolucionar, y a los escritores, tanto como a los padres, a veces nos cuesta ver, y hacer, que nuestros personajes sufren, porque les cogemos cariño a nuestras creaciones, pero sabemos que es la única manera que tienen de aprender, además de que para el lector los cambios de actitud y forma de ser del personaje resultan extraños y confusos si no hay una justificación de por medio. Estas justificaciones pueden darse antes o después, ¿Recordáis el fuera de plano?, del cambio en el personaje, pero deben darse siempre, puesto que no hacerlo genera una serie de agujeros en la trama con la que ningún lector o lectora gusta de tropezarse.

¿Debe entonces el escritor convertirse en un sádico torturador de personajes con tal de lograr una buena obra? Pues no necesariamente. Todo debe ir en su justa medida, puesto que cuando una situación se repite en exceso tiende a volverse absurda, y podemos acabar comvirtiendo sin querer una situación sumamente trágica en una escena que bien podria aparecer en la serie «Monty Python’s Flying Circus» y francamente, creo que ningún escritor querría que su obra fuera interpretada de manera tan opuesta a cómo él o ella la ha creado.

Formas de hacer sufrir, y madurar, a los personajes hay muchísimas, tantas como se imagine el escritor, el arte surje en el momento de aplicarlas correctamente de tal manera  que nuestra historia se vea enriquecida a través de ellas y nuestros personajes ganen realismo y profundidad.

En el relato  «Marco, de los Apeninos a los Andes» Edmundo de Amicis nos cuenta el viaje de un niño de 13 años, que partiendo desde Italia en busca de su madre llega hasta Argentina, dónde la encuentra. Antes del «feliz» encuentro Marco tiene que padecer varias penurias, aunque finalmente madre e hijo logran estar juntos y el cuento tiene un final bonito.

El sufrimiento de Marco hace de alguna manera que el lector se encariñe poco a poco con él y acabe deseando que todo termine bien para él y logre reencontrarse con su madre. Y es que el sufrimiento es una herramienta muy útil para enganchar al lector o lectora, apelando a su humanidad, ademas de que los felices no tienen historias, cuesta mucho más gener empatía con un personaje al que todo le sale bien, puesto que generalmente alguien así acaba generando un rechazo e incluso un odio en el lector, puesto que normalmente a nadie le sale todo bien siempre y al primer intento.

De modo que, toda buena historia necesita su dosis de sufrimiento y si no me creéis pensad en el último libro que hayáis leído  y en qué momentos el personaje ha recibido su sesión de varapalos.

Pues por esta semana he terminado de contaros todo lo que os pretendía contar. Volveré el lunes con una nueva entrada.

Sed buenos, un saludo.

Curso escritura

Escuelas de artistas

Buenos días Personas, hoy reparamos las escuelas de artistas.

Artistas

Artistas

Esta semama he retomado la escritura del libro, la verdad es que ya tenía ganas, pero entre unas cosas y otras lo he ido dejando demasiado, y es que aunque parezca mentira conlleva mucho trabajo sacar un libro adelante.

Como cualquier arte, la escritura, va por partes: primero nace la idea, luego se trabaja en ella y luego se pule. La idea surje en un istante, la inspiración apenas dura unas milésimas de segundo, el resto es trabajo y esfuerzo.

Un trabajo y un esfuerzo que raramente se ven y muy pocas veces se aprecia. Es por eso que los artistas apreciamos el arte desde dentro, es decir, sabiendo que por cada cuadro, cada escultura, cada película, cada libro que ve el mundo hay detrás toda una inmensa cantidad de trabajo, muchas ideas descartadas, muchos borradores y muchos, pero muchísimos repasos finales. Un artista tiende a buscar la perfección, aún sabiendo que no existe  se esmera en llegar lo más cerca posible de ella, porque aunque nos guste nuestra obra, en el fondo siempre la puliríamos más y más, haciendo eterno el proceso de creación.

¿Sabéis qué  más tenemos en común los artistas? Un mentor, alguien que dominaba mejor que nosotros el arte que éramos llamados a ejercer y que nos ha trasmitido todo lo que sabe de la mejor manera que le ha sido posible, transmitiéndonos, no solo conocimientos, sino también un amor y pasión por lo que se está haciendo.

Centrándones en la escritura: las escuelas de escritores pueden ayudar a toda aquella persona con pasión literaria a mejorar en su escritura, ya sea porque quiera tenerla como afición o porque realmente quiera hacer de ella su oficio.

¿Qué se enseña en una escuela literaria? Pues de entrada os digo que ortografía y gramática no, puesto que eso se supone debería de saberse ya llegada la persona a una cierta edad. Lo que se enseñan son pautas y consejos a la hora de escribir correctamente, dando a conocer los diferentes recursos literarios y la mejor forma de aplicar los mismos, porque en ningún caso se trata de normas, cada escritor debe buscar su estilo y la forma más natural posible que haye de escribir, sientiendo suyas las palabras y textos que escribe.

Cursos de escritura hay de muchos tipos: unos se centran en la creatividad, otros en la novela, otros en el relato corto, los hay de guión de cine e incluso de cómo escribir obras de teatro.

Como ya he dicho, los cursos de escritura no van destinados solo a futuros escritores, también van destinados para todo aquel que quiera conocer este mundo desde dentro. Como anecdota os contaré que algunas personas con pasión por la lectura le cogieron mucho más cariño tras realizar un curso, y es que, según ellos, al ser capaces de ver todo el proceso que conlleva escribir y ser conscientes del trabajo que implica, fueron capaces de valorar aún más la literatura, también fueron capaces de comprender mejor algunas obras y el valor real de las mismas.

Así que si tenéis la oportunidad y os dudáis si hacer un curso de escritura o no, lanzaros a él sin miedo, podéis descubrir una pasión que se os mantenía oculta y tal vez acabéis incluso dedicandoos a la escritura, puesto que no seríais los primeros que van a un curso por entretenimiento y acaban dejando su trabajo para dedicarse por completo a la publicación de libros.

Pues por el momento eso es todo, sed buenos y recordad de poner pasión en todo lo que hagáis, de esa manera disfrutaréis más y lograréis mejores resultados.

Sed buenos, un saludo.

Curso escritura

El deseo de escribir

Buenos días Personas, hoy hablaremos del deseo de escribir.

Deseo

Deseo

Siento haberos hecho esperar una semana para poder leer una nueva entrada, pero a veces no se ocurre que podía contaros. Así que hoy he decidido hacer introspección y hablaros sobre el comienzo de todo escritor: las ganas de escribir.

Escribir no gusta a todo el mundo, no cualquier persona tiene el deseo de plasmar sus pensamientos en forma escrita, la verdad es que es algo terapéutico: obligarnos a pensar que nos pasa por la cabeza y materializarlo en forma de palabras que podemos ver nos puede dar tanta satisfacción como pegar cuatro gritos fruto de nuestra indignación ante una situación o conjunto de las mismas.

No obstante el deseo de escribir al que me refiero tiene que ver con cosas que sólo están en nuestra cabeza, pero en lugar de hacernos infelices, nos generan la necesidad de contarlas.

En cierta manera es un tipo de extroversión muy particular y concreto, hace falta tener valor para querer mostrar al mundo lo que hay en nuestra mente, aunque, como ya he dicho muchas veces, escribir es a título personal, se hace por instinto, por algo que nos quema dentro y nos genera la necesidad de crear un texto.

Todos tenemos algo que nos gusta compartir con otros, algo que sólo nosotros podemos ofrecer, ya sea nuestro don culinario, nuestra mano derecha con el bajo, nuestro sentido del humor o lo bien que sabemos doblar los pantalones. Pues bien, todo eso que hagamos bien, nos guste y disfrutemos compartiendo es algo que nace de nuestra alma, el simple echo de hacerlo ya nos hace felices, compartirlo nos genera satisfacción y si logramos que guste a alguien nos llena de orgullo, orgullo por un trabajo bien hecho.

Pues eso es todo por hoy, procuraré volver el miércoles, aunque me estoy planteando si dedicar los días de la semana a escribir cosas diferentes, ya os contaré.

Sed buenos, un saludo.

Curso escritura

Fuera de plano literario

Buenas tardes Personas., un tema complicado: el fuera de plano.

Fuera de plano

Fuera de plano

Con un agosto así da gusto que sea verano: unos días con temperaturas que no superan los 32 °C y unas noches frescas. Nada que ver con los recientes junio y julio, los cuales fueron de canícula pura y dura.

Hoy os traigo un tema que a mucha gente le resulta curioso, sobre todo si no está habituada a él: os hablo del fuera de plano.

Sería normal pensar que toda la acción que pasa en cualquier historia se narra completamente desde un punto de vista que nos permita ver que está pasando, que ningún detalle queda sin explicar y que al lector no se le omite información, pues bien, eso no es siempre así, en primer lugar: al lector se le cuenta lo que se le quiere contar, cómo sé le quiere contar y cuándo se le quiere contar. A esto se le llama exposición y es el escritor el que decide cuando abre el grifo de la trama, cuando lo cierra y cuando deja «accidentalmente» que caigan unas gotas en un momento determinado.

Vayamos por partes, al lector no se le puede engañar, no se le puede decir que algo es de determinada manera y de repente, sin justificación, sea diferente. Cierto es que se puede «jugar al engaño», pero con unas reglas determinadas, puesto que se le deben ir dando al lector pistas de que es lo que está pasando en realidad y cuando se descubra la verdad el lector sea caoaz de decie: «claro, por eso en aquel momento ese personaje dijo eso, ahora todo cobra sentido». Un escritor puede creerse muy listo y hacer un engaño que sólo es resoluble en su cabeza y jactarse de que la trama ha ido siempre por un derrotero determinado, cuando no había forma humana de saberlo si no era estando dentro de la mente del autor.

¿Pero que tiene que ver jugar al engaño con el fuera de plano? Bastante: todo lo que ha llevado a ese engaño ha sucedido fuera de plano, todos los motivos para ello se desvelarán, pero cuándo empieza la historia ya han comenzado y hasta el final no se hablara de ellos de forma implícita.

¿Qué es entonces el fuera de plano? Pues es todo eso, que no se ha narrado aún, pero que tiene importancia para la historia, porque, o bien la ha provocado o bien la afectará de una manera u otra, en un futuro.

Pongamos un ejemplo: supongamos una pareja de novios, que está en el aeropuerto esperando a que su vuelo salga. Al ir a pasar los controles de seguridad uno de ellos no encuentra el pasaporte, lo busca por todos lados pero no aparece, entonces le dice a su pareja que coja el avión, para no tener que pagar de nuevo por su billete también, acepta la propuesta y acuerdan que en cuanto encuentre el pasaporte exteaviado volverá al aeropuerto y cogerá el primer vuelo que le sea posible. Ya que es un relato con narrador protagonista, este se centra en el que no olvidó su pasaporte, relata como embarca y como echa de menos a su pareja, como llega el hotel y pasa su primera noche a solas, hasta que al mediodía llega su pareja. Ambos felices por el reencuentro.

El viaje termina y ambos vuelven a casa, al cabo de unas semanas, el protagonista que descuidó su pasaporte confiesa que no fue accidental, que todo fue una estratagema para poder estar con otra persona, que ya sacó su billete para el día siguiente desde el principio.

En este ejemplo el fuera de cámara es la infidelidad de uno de los protagonistas sobre el otro. El fuera de cámara se da justamente por el tipo de narrador, ya que en los relatos con narrador protagonista sólo se pueden narrar los hechos que el o la protagonista vee con sus ojos o le cuenta alguien.

Como podemos ver que entra dentro de plano y que no lo define el narrador, o mejor dicho, los límites de la visión de este.

¿Pero y en el caso de un narrador omnisciente, que se supone que lo ve y sabe todo? Pues en ese caso es el escritor el que decide, por un serie de motivos, que el narrador en ese momento estaba mirando para otro lado.

Eso de que «el narrador mire para otro lado» puede sonar raro, pero a veces es conveniente alejar la acción de algunoa personajes, para que tengan un momento de soledad y respiro y que esa escena les pertenezca sólo a ellos. Es evidente para todo lector que van a tener su momento y con toda seguridad afecte posteriormente a la historia y se narre luego, a modo de recuerdo, pero hasta que eso pase habrá sido su fuera de plano particular, mágico e irrepetible, y justo así es cómo debe de llegar al lector, para mantener toda la esencia especial que se le quería dar a ese momento al hacer que ocurra fuera de los ojos de lectores y narrador.

Bien, pues eso es todo por hoy, recordad que a veces, las mejores historias son las que ocurren cuando no se nos permite mirar, porque si lo observasemos, de alguna manera, perdería importancia y trascendencia.

Sed buenos, nos vemos el miércoles a la misma hora.

Un saludo.

Curso escritura

Escritoras y escritores

Buenos días Personas, hoy voy a hablaros del oficio de ser escritores o escritoras.

Escritores

Escritores

Ayer el día estuvo salpicado de tormentas de verano, eso ha hecho que las temperaturas sean más llevaderas, parece que agosto nos va a dar un verano de temperaturas soportables.

Por el título y el primer párrado de la entrada ya se puede entender claramente de qué voy a hablar, sin centrarme en nadie en concreto voy a hablar, en términos generales, de que es lo que define a alguien como escritor o escritora.

Se define al escritor o escritora como aquella persona que escribe, pero, ¿Es tan sencillo? ¿Uno se pone a juntar letras y se convierte en escritor? Pues sinceramente tampoco se necesita mucho más.

Hay quien dirá que escritor eres si te ganas la vida con ello o si ya has publicado algo y eres conocido.
Bien, lo segundo, hoy en día, es más sencillo: internet ha traído al mundo autores y autoras que no habrían visto nunca su obra publicada sino fuera por la red de redes. En cuanto a lo primero: ser escritor profesional, es decir, cobrar un sueldo por ello y vivir de él, no es tan sencillo como se pueda pensar, no basta con tener talento, buenas ideas y una  excelente capacidad de comunicación escrita, muchas veces, lo que más influye es la suerte.

Sacar un libro a la luz es sencillo, basta con tener una cuenta en cualquiera de los medios de autopublicación y en pocas horas nuestro libro estará listo para ser comprado. Si nos decantamos por envíar nuestra obra a una editorial pueden ocurrir dos cosas: que nos la publiquen o no.

Pensad que las editoriales no son una ONG, es una empresa y como tal debe generar beneficios. El rechazo de nuestra obra puede ser por muchos motivos: que no se ajuste a sus temas de publicación, que no están buscando publicar algo como lo nuestro en ese momento, que no le vean posibilidad comercial, etc.

Que una editorial no publique un libro no significa que este sea malo, de modo que si os pasa no os sintáis mal, el mundo literario es muy competitivo, a fin de cuentas, ¿Cuantos escritores conocéis que se hayan hecho ricos con sus publicaciones? Hay muy pocos casos y Joan K. Rowling es una excepción, cierto es que su obra es buena y a convertido en lectores a muchos niños y gusta también a adolescentes y adultos. Pero ser un buen escritor no conlleva automáticamente la fama y la fortuna, para eso se necesita que nuestra obra tenga acogida a nivel mundial, y esté disponible en varios idiomas y países.

¿Siendo tan difícil deberíamos tirar la toalla? No, nunca. Es cierto que la mayoría de escritores jamás estarán en una estantería de ninguna librería o biblioteca y de los que sí estén muchos necesitarán de un trabajo adicional para poder llegar a fin de mes.

Pero dejadme que os diga una cosa: si los escritores escribimos es porque queremos, dentro de nosotros tenemos un impulso de escribir y de contar algo al mundo, en el fondo no nos importa si nadie nos escucha, esto lo hacemos por nosotros mismos, sí además logramos llegar a alguien y gustarle, recibimos una gran satisfacción, pero es nuestro corazón el que nos pide que escribamos, no nuestro bolsillo, ese sabemos que es más fácil y sensato llenarlo a través de medios más fiables y convencionales.

Pues eso ha sido todo por esta semana, nos volverenos a leer el lunes, si todo va bien, cosa que debería ser así.

Sed buenos, un saludo.

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Arte desde dentro

 

Buenos días Personas,hoy vengo a hablaros del arte desde dentro.

Arte

Arte

Ya falta menos para el ecuador de agosto, que para algunos puede suponer el inicio de vacaciones, para otros el final, y para mi: es un sábado que pinta muy bien.

Hablando de pintar, el lunes os dije que os hablaría de mi visión personal de lo que era el arte y voy a hacerlo desde dentro, es decir, de como alguien que crea contenidos artísticos vee el mundo del que forma parte.

No se puede hablar del arte sin hablar del artista, puesto que uno sin el otro no existe. Se tiende a pensar en los artistas como seres de vida disoluta, propensos al consumo de sustancias, legales e ilegales, con gran capacidad para acumular divorcios y propensos a vivir en un mundo a parte. Bien, pues según con que artista topéis todo esto encaja a la perfección, en mi caso: ni fumo, ni bebo, ni voy con mujeres, lo cuál no es en sí ni bueno ni malo, simplemente es lo que (no) hago.
En cuanto a lo de evadirse de la realidad: resulta del todo imposible crear absolutamente nada si un artista no hace volar su imaginación, se monta en ella, despega los pies del suelo y pierde de vista el mundo que le rodea.
Este proceso es complejo, y a menudo imposible, de entender para quién no esté familiarizado con él, puesto que es algo que no todo el mundo puede hacer y requiere de muchas dosis de paciencia y empatía.

¿Pero no se supone que un artista plasma el mundo, tal y cómo él lo ve, en sus obras?

Sí, de echo, ahí está la clave: en como ve un artista el mundo. Vereis, yo, por norma general, me levanto cada mañana, desayuno, me ducho y me voy a trabajar. Hasta ahí todo normal, mi artista surje cuando me doy un momento para salir de esa normalidad, por un tiempo determinado, para poder crear algo.

Eso no significa que olvide que existe un mundo real que reclama casi continuamente toda mi atención. De acuerdo, sí, a veces es lo que ocurre: me siento a escribir y de repente, me doy cuenta de que llevo todo el día sin comer, sin ir baño y sin levantarme de la silla para nada, aunque desde luego, si eso ha pasado, es porque he tenido tiempo para dejar que pase y no afecte en nada a mi vida personal y laboral, hay un momento para cada cosa, en cuanto llevo puesto mi uniforme de trabajo entro en modo trabajo, y aunque disfrute mucho ejerciendo mi oficio no se me ocurriria ponerme en modo creativo y escribir en las paredes ni explicarle a mis compañeros ni a mis superiores de que va mi último cuento, sencillamente: mientras llevo mi ropa de faena es lo que toca hacer.

Si bien es cierto que la inspiración puede llegar en cualquier momento y le da igual qué hora sea y dónde estés, si ocurre cuando estoy en mi puesto, guardo esa idea y no la vuelvo a mirar hasta que tengo tiempo.

Y aunque este sea mi caso concreto, estoy seguro de que vosotros convivis con un artista, que madruga tanto como vosotros, ficha a la misma hora que vosotros y trabaja igual de duro que vosotros, y no os habréis dado cuenta de que fuera del curro toca en un grupo, pinta, compone canciones, escribe poesía, elabora deliciosos platos, dibuja tiras cómicas, hace esculturas o forja joyas.

Cada artista tiene su medio de expresión y su forma de expresarse y para mí, todo aquello que provoca en nosotros una emocion, sea positiva o negativa, si esa emoción es fruto de un trabajo y una consciencia de artista, que ha lanzado una obra al mundo, siendo consciente de que lo ha hecho, eso es arte, y como tal puede gustar o no.

En muchas ocasiones se confunde el gusto con la calidad, y la gente cataloga de malo algo que no le gusta.
De acuerdo, hay artistas malos y artistas buenos, así como obras malas de buenos autores y autores malos de buenas obras, pero entender el arte conlleva tener una noción y sensibilidad del mismo.
Alguien que ve en blanco y negro no puede apreciar la belleza de un atardecer ni disfrutar de todos sus tonos de rojo, naranja y amarillo. Y de la misma manera alguien que no entiende de arte no puede valorar la complejidad de su creación.

Sin ánimo de ofender a nadie, considero que muchas veces la gente no disfruta del arte porque no se ha propuesto hacerlo, comprendo que, según la obra, sea un trabajo tedioso y un ejercicio de futilidad, pero la recompensa es grande para aquella persona que se atreva a dejarse llevar por sus sentidos al mundo creado por el artista. La sensación puede ser a veces desbordante, pero es altamente diafrutable si se sabe como hacerlo.

Y esa ha sido mi explicación del arte visto por un artista, el viernes volveré con algo nuevo.

Sed buenos, un saludo.

Vuelta a la normalidad

Buenos días Personas, estoy de vuelta.

Tras una serie de cambios, previstos e imprevistos, al fin he hayado, mudanza mediate, algo de estabilidad, por lo que ahora me encuentro en disposición de escribir y avanzar mis obras, tanto el prólogo de «Gemelos», como la obra aún sin empezar de «El carnicero que amaba su oficio», el cual consiste en una serie de cuentos, cronológica y geográficamente diseminados por todo Domhan.

Del primero ya puse el inicio en facebook, pero por si alguien no lo vió lo añado ahora:

«Nunca se está preparado para la vida: simplemente llega. De todos los caminos que se me pusieron delante siempre escogí el que mejor me pareció, cosa que en mi caso me llego a conocer un oficio, aprenderlo, amarlo, dominarlo y más tarde, por caprichos del destino, odiarlo. No me arrepiento de ninguna decisión, puesto que es por ellas que ahora estoy así y la verdad, me aterra pensar que cambiando alguna sola de las decisiones, por nimia que fuera, todo el presente tan maravilloso que ahora estoy viviendo podría haberse ido completamente a la mierda mucho antes de ser posible.»

Y por ahora eso es todo, el miércoles volveré con lo que es mi visión personal sobre que es arte.

Sed buenos y disfrutad de este día fresco de agosto

Un saludo.

Actualización de estado

Buenos días Personas, traigo una actualización de mi estado.

Habréis notado que últimamente apenas pongo nada nuevo, el motivo es un reciente e inesperado cambio en mi vida al que aún me estoy adaptando. Eso me tiene sin posibilidad de escribir, por varios motivos, principalmente que las circunstancias para hacerlo no son propicias. No obstante me pondré a ello enseguida que me adapte a esta nueva circunstancia de mi vida.

Por lo demás la corrección del libro se ha convertido en una ampliación, en lugar del formato de entre 50 y 70 páginas he decidido hacer E-books de entre 100 y 140 páginas de extensión, de manera que cada volumen cuente y cierra más parte de la trama. Este cambio es debido a que el primer libro, el prólogo, quedaría incompleto si se publica tal cual está hora y haría falta un segundo prólogo para poder empezar con la trama en sí. Cosa que no me acaba de gustar. Haciendo esto logro mantener mi propósito de hacer libros cortos, pero sin renunciar a una buena historia que satisfazca a los lectores, tanto en contenido como en extensión.

Espero que pronto y pueda volver a tener las cosas bajo control y tener un horario regular para escribir, tanto en mi agenda física como en mi organización mental del día, porque realmente lo necesito.

Sed buenos. Y, esperemos que el refrán: «a la tercera va la vencida» sea cierto y esta nueva ola de calor que nos ha venido a visitar hoy sea la última y tengamos por fin un verano de los habituales, con calor, pero más o menos soportable.

Estad atentos por si escribo alguna otra actualización.

Un saludo.

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La sátira

Buenos días Personas, hablaré hoy sobre la sátira, esa gran desconcertada.

La sátira

La sátira

Hacía una semana que no os contaba nada y ya os empezaba a echar de menos. Las vacaciones van bien, el calor no tanto, será que no está hecho el verano para lo seres gorditos.

Hoy os traigo un tema cargado de humor, sarcasmo e ironía: la sátira.

La sátira puede ser un recurso y un género literario. En ella se trata de expresar desacuerdo, indignación y/o frustración hacía una persona, un grupo de ellas o hacía un asunto o asuntos determinados, con el propósito de divertirse, burlarse o moralizar. Para lograrlo la sátira emplea el cinismo, el sarcasmo, la analogía, la ironía, la yuxtaposición y los dobles sentidos.
La sátira puede estar escrita en prosa o en verso, aunque también existe una sátira llamada menipea, que combina la prosa y el verso, tiene la extensión de una novela y tiene su origen en filósofo y escritor griego Menipo de Gadara.

Como habréis podido imaginar la sátira tiene su origen en Grecia, concretamente se inspira en la poesía yámbica, la cual tiene su origen en las fiestas asociadas a la diosa Deméter y debe se nombre en el sistema métrico basado en el yambo (Ίαμβος), aunque tampoco se puede negar que tenga relación con  Yambe, la hija de Pan y Eco, en la mitología griega. Yambe es la Diosa de griega del humor y la poesía, y sacó de su depresión a Demeter, Diosa de la agricultura.

En base a ese origen divino la literatura latina transformó la poesía yámbica en lo que hoy conocemos como sátira. La cual comenzó su andaduría por España en la Edad Media de la mano de Juan Ruiz, más conocido como el Arcipreste de Hita, escritor Madrileño del siglo XIII, el cual en su «Libro del buen humor» hace una crítica al poder del dinero.
Otros autores que usaron la sátira fueron Ramón del Valle-Inclán con el género literario que el mismo bautizó como Esperpento y que puede verse reflejado en su obra de teatro «Luces de Bohemia», sin olvidarnos de Miguel de Cervantes y su famosa obra «Don Quijote de la Mancha».

Durante el siglo XX la sátira fue utilizada por autores como George Orwell en sus obrad «Rebelión en la granja» o «1984», ambas cargadas de un humor irónico y cínico.
Tampoco el séptimo arte se está de emplear la sátira. Charles Chaplin era muy ducho en este género, cosa que demuestra muy bien en películas como «El dictador» en que parodia a Adolf Hitler.

Más recientemente ha cobrado gran fama el género musical de la Chirigota, el cual puede escucharse sobretodo en carnavales y consiste en una crítica o burla, en forma de canción, muy similar en estructura y ritmo a una jota, y que suele tratar temas políticos, amarillistas  y demás temas de actualidad.

Como veis la sátira es un género bastante extendido y que abarca varias ramas artísticas. De momento eso es todo, espero volver pronto con un tema nuevo. Procurad que el calor no os derrita demasiado la sesera.

Sed buenos , un saludo.